Día de la huella ecológica

El 2 de agosto ha sido designado para que sea el día de la huella ecológica 2023.

Este día se calcula restando los recursos consumidos por cada individuo de los recursos generados por el planeta a lo largo del año. Los resultados muestran que la capacidad para generar recursos del planeta no basta para satisfacer las necesidades de sus habitantes.

Los recursos no son ilimitados

Lo primero que hay que hacer es asumir que los recursos naturales del planeta son finitos. La huella ecológica es algo que llevamos arrastrando desde la década de los 70. Cada vez consumimos más y más, explotando estos recursos por encima de su capacidad. Lo que ha traído consecuencias negativas que cada vez vamos notando más.

Entre ellas los resultados debidos al cambio climático: olas de calor cada vez más frecuentes, tormentas más breves pero intensas que provocan inundaciones, propagación de enfermedades olvidadas, derretimientos de los glaciares, desaparición de especies animales, aumento del nivel del mar, aumento de los precios de la comida.

Día de la huella ecológica

Este es el día en que la demanda de recursos supera lo que la Tierra es capaz de generar ese año. Una de las organizaciones encargadas de informar sobre este movimiento es la Global Footprint Network. Es una organización de investigación internacional cuyo fin es un futuro en el que se pueda prosperar dentro de los medios del planeta.

Para ello estudian y dan métricas, información sobre el consumo de los recursos naturales y la capacidad del planeta y herramientas y análisis para guiar la toma de decisiones con los conocimientos adecuados.

Colaboran con más de 70 organizaciones asociadas que ayudan con la investigación. Contribuyen al desarrollo de la metodología y los estándares de la huella. Y trabajan tanto a nivel empresarial como individual para hacer que la huella sea más relevante y práctica.

El poder de la posibilidad

A la hora de observar los datos, éstos revelan que vamos a necesitar recursos equivalentes a dos planteas para mediados del siglo XXI. Si bien no son unos datos muy alentadores, todavía hay posibilidades de remediar eso.

Si dividimos este poder de la posibilidad en cinco categorías, se puede organizar de tal forma para saber qué podemos hacer en las diferentes áreas.

1. Planeta: cómo ayudar a la naturaleza a prosperar. Por ejemplo, reforestando 350 millones de hectáreas de bosque.
2. Ciudades: diseñando y gestionando las ciudades de manera diferente. Por ejemplo, reduciendo en un 50% el consumo de transporte privados y abogando por el uso de transportes públicos o bicicletas.
3. Energía: cómo reducir la huella de carbono, ya que supone el 60% de la huella ecológica de la humanidad.
4. Alimentos: la mitad de la biocapacidad de la tierra se utiliza para alimentarnos. Si por ejemplo se redujera el desperdicio alimenticio y el consumo del carne a la mitad.
5. Población: se calcula que para el 2100, entre 7.300 y 15.600 millones de personas habitarán la Tierra. Lo que es más de lo que el planeta es capaz de soportar.

Para saber qué se puede hacer en cada una de estas áreas, podéis pinchar en el siguiente enlace.

Desde GIR nos sumamos al carro de estas iniciativas. Con nuestros sensores para contenedores de pequeño tamaño, propio de muchos residuos de los que muchas veces, no sabemos cómo deshacernos.

Aunque antes de llegar al paso de deshacernos de estos residuos, desde GIR tenemos otro deber. Y es el de educar y fomentar su reutilización. Fomentando talleres educativos en los colegios y creando talleres itinerantes de RAEE, permitiendo crear un mercado de segunda mano con estos residuos.

Para que así, la fecha en la que sobrepasemos los recursos naturales del planeta y no haya capacidad de retorno esté bien lejos.